14 abr 2011

Capítulo 11

Las semanas pasaban y mi vida cada vez se tornaba más tranquila y feliz, al fin tenia noticias de mi mejor amiga, Andrea había localizado a Luis y estaban por fin juntos y viviendo ese hermoso amor que compartían…
Por otra parte pasaba tardes enteras compartiendo con mi bello príncipe, su madre y Janet, la cual había adquirido una extraña costumbre, llevar a nuestros paseos una videocámara…
-          ¿Una videocámara? -  Preguntábamos extrañados la primera vez que la vimos cargando tan pesada maquina para un pequeño paseo-
-          Si, es que ustedes transmiten la esencia del amor cuando están juntos, así que no quiero perderme ningún detalle – Kate sonreía ante el comentario de su hija, mientras Michael y yo nos sonrojamos terrible, apenados por lo que sentíamos… -
Esta vez decidimos ir a un rancho, lejos de todo lo moderno de la ciudad, de todo el ruido y rapidez de Los Ángeles, pero claro que no podíamos olvidar de la gran compañía de nuestra querida Janet, su amada videocámara que desde hace un buen tiempo se volvió nuestra sombra, tenia concentrada en cada toma la esencia del gran cariño que Michael y yo compartíamos, creo que me contagio pues desde hace un buen tiempo, me eh vuelto inseparable con mi cámara, es que amo retratar cada instante al lado de mi amado ángel…
-          No pienso llevar esa cosa en mi auto – Dijo Michael mientras se sentaba en su automóvil y cruzaba los brazos
-          Vamos hijo, sino tu hermana armara un escándalo
-          Si Mike déjala llevar su videocámara  - Él nos miro mientras meneaba la cabeza, es que siempre consentíamos todas las locuras de Janet -
-          Claro como ella no conduce, y ahora soy yo él que tiene que meter eso en la maletera verdad hermanita –
-          Es obvio hermanito – Dijo sarcásticamente mientras Michael se reía sin parar, Kate y yo no nos perdíamos ni un instante de las cortas discusiones de ambos, eran como dos niños chiquitos peleando por quien tenia la razón -
Después de un largo viaje llegamos a nuestro destino, un bello y tranquilo rancho a las afueras de la ciudad, lleno de animales, de vegetación, de aire fresco…
Kate estaba feliz, amaba el campo tanto o más que yo, Michael estaba maravillado y Janet sufría por el inmenso equipaje que trajo para tan solo un día de estadía. Toda esa bella tarde la pasamos juntos, mi príncipe se las había ingeniado para escapar de Janet y su incomoda amiga, íbamos a caballo por el inmenso valle que nos rodeaba…
En un momento paro y ato su caballo a un árbol, yo hice lo mismo mientras él me llamaba con esa mirada que tanto amaba…
-          Amo tu compañía – Me dijo tomando mi mano, y atrayéndome delicadamente a él, estaba a unos escasos centímetros de su cuerpo, y no pude evitar ver sus labios y sus bellos ojos…
-          Si, así acérquense más chicos
-          ¡Janet! – Gritamos ambos al descubrir a nuestra astuta espía, que importuno nuestro mágico momento -
-          Ay no se preocupen por mi, ustedes sigan – Michael sonreía tiernamente ante las ocurrencias de su hermanita, y yo no podía evitar reír ante sus locuras  -
-          Es mejor irnos, vamos Janet descansa pronto te voy a ver filmando películas – Dijo Michael mientas me tomaba de la cintura y llamaba a su hermana que se quedo atrás grabando cada paso que dábamos -
-          Ay no, a mi me gusta cantar, esto lo hago por puro gusto, algún día sus hijos y los hijos de sus hijos querrán saber como se conocieron y el dulce amor que vivieron, así que solo les ahorro el trabajo
-          Ay hermanita, solo dices tonterías – Dijo mi bello ángel abrazando a su hermana y despeinando sus rizos, lo cual enojaban mucho a la pequeña Janet -
-          Sabes que odio estar despeinada ¡Mamá!, Michael me esta fastidiando – Dijo mientras se iba como una niña chiquita a quejar con su madre –
-          Siempre se queja de mi, vamos linda ya nos libramos de nuestra espía – Dijo subiendo a su caballo y haciéndome el ademan de que lo acompañe, acepte enseguida y ambos cabalgamos al horizonte, yo aferrada a su espalda me sentía en las nubes, como si estuviera viviendo mi propio cuento de hadas, un cuento que no tiene final…
De pronto paro en un barranco, con la vista más maravillosa del mundo, el hermoso atardecer que nos rodeaba, era tal vez el más bello que jamás vi en mi vida…
-          Princesa, vez que bello atardecer, pero claro no es tan hermoso como tú – Me dijo mientras bajaba del hermoso corcel, y me observaba detenidamente, como si quisiera recordarme por siempre
-          ¿Por qué me ves así? – Dije completamente apenada, pues sus intensos ojos me llenaban de nervios –
-          Es que no puedo creer que al fin te encontré
-          ¿Cómo que al fin me encontraste?
-          Al fin encontré el amor… - Me dijo mientras tomaba mi mano y me invitaba a bajar a su lado, hechizada por su bella mirada lo seguí, él me envolvió en sus brazos y enlazo sus labios con los míos, de pronto sentí que el tiempo paro, era solo sus labios y los míos, moviéndose al compas de la melodía que la naturaleza cantaba a nuestro amor, me sentí amada, añorada, como nunca en mi vida tuve esas sensaciones que me mostraban lo que era obvio para todo el mundo, estaba completamente enamorada del hombre que me aferraba a sus brazos, que me besaba como si no hubiera un mañana y me acariciaba como si quisiera conservar mi silueta en su mente y sobre todo en su corazón…, pero a la vez que me sentía la mujer más feliz del universo, había algo que me preocupaba, un raro presentimiento de que tal vez todo acabe ese día, justo cuando nuestro amor se revelaba, se hacia presente, trate de olvidar todo y bese con todas mis fuerzas al gran amor de mi vida…
-          Te amo… - Dijo mi amor en suspiro al instante que nos separamos, pues el seguir respirando era una necesidad para ambos… -
-          Yo te amo más mi príncipe – Dije mientras acariciaba su rostro y sus bellos ojos se iluminaban como las estrellas que ahora centellaban en el cielo… -
-          Ven mi amor, vamos a dentro, esta haciendo frio – Y me beso con la misma intensidad que la primera vez , entre suspiros nos confesamos todo el amor que nos teníamos, llegamos entre risas, abrazos y miradas que revelaban a medio mundo todo el cariño que nos teníamos, incluso Janet, que es muy despistada se dio cuenta
-          Esperen, ustedes están así de felices de la noche a la mañana, no a mi no me engañan, ya son novios verdad
-          En realidad no, quiero hacerlo oficial mañana en una cena, que te parece mi amor
-          Lo que tu quieras mi vida
-          ¡Ay! Tengo que grabar estos momentos
-          Janet déjalos tranquilos, mis felicidades niños…
-          Gracias mamá, no sabes que feliz me siento
-          Yo estoy todavía más feliz – Dije mientras me aferraba a su pecho, y el me abrazaba con fuerza como si no quisiera soltarme nunca
-          Me lo imagino chicos, bien creo que ya es tarde y han pasado demasiadas emociones, que les parece si ya nos vamos
-          Si, es verdad, pero nos vamos a demorar con todo el equipaje que trajo mi hermanita
-          No hay problema ya empaque todo
-          Que bueno, entonces vámonos
-          Nosotras los esperamos en el auto
-          Esta bien, yo quiero llevar a mi princesa a ver la luna por un momento
-          Vallan tortolitos, esperen una foto
-          ¡Janet!
-          Déjala mamá, esta bien pero solo una – Posamos para nuestra primera foto como novios, la primera de muchas que me encargare de tomar, pues cada momento con Michael es digno de recordar… -
-          Bien, espérennos un momento – Mi bello ángel me llevo a un balcón donde la luna tan hermosa como siempre se reflejaba en la pequeña laguna del lugar, tomo mis manos entre las suyas mientras me miraba fijamente…-
-          Mi amor, quiero que aquí, con la luna como testigo aceptes mi compromiso de amarte y respetarte el resto de mis días, que aceptes ser mi novia, aquí con este paraíso como testigo…
-          Claro que acepto mi cielo, yo también te pido aceptes mi fiel compromiso de amarte y respetarte en lo que me queda de vida
-          Acepto mi princesa, te amo…
-          Yo te amo más… -  Y finalizamos nuestra promesa de amor eterno, que fue sellada con la muestra de amor más pura y sincera del mundo… un beso de amor verdadero… -
Regresamos al auto y emprendimos el largo camino de regreso a casa, durante el trayecto Michael conversaba muy atentamente con su madre, mientras Janet y yo nos entreteníamos mirando las miles de fotos instantáneas que habíamos tomado del lugar, aunque en mi repertorio solo había docenas de retratos de Mike, ella solo sonreía y yo me limitaba a guardar como un tesoro cada foto de mi príncipe…
Llegamos a la residencia de los Jackson a altas horas de la noche, Janet y Kate estaban cansadas y solo se limitaron a despedirse y marcharse directo a la cama, los empleados desempacaron todo muy rápido y Michael me hizo pasar al asiento del copiloto, el como todo un caballero me llevo a mi hogar, en el camino no hacíamos mas que demostrarnos nuestro gran amor, con caricias, pequeños besos y palabras tan dulces como la miel…
-          Cariño no quiero dejarte – Me dijo inmediatamente estuvimos en mi puerta
-          Yo tampoco amor, pero mañana nos vemos verdad
-          Claro, como crees que podría vivir sin ti
-          Ay mi amor, me sonrojas
-          Amo hacerlo, te ves tan dulce con tus mejillas rosadas – Solo me limite a abrazarlo con todas mis fuerzas, a pesar de estar a su lado y saber que me ama tanto como yo, en mi interior había un miedo indescriptible, como si ese fuera la ultima vez que tendría a Michael para mi, como si algo o alguien nos estuviera preparando el peor final de nuestra historia de amor…
-          ¿Qué pasa amor?, te conozco, tu tienes miedo verdad – Dijo mientras me acariciaba el rostro y me miraba fijamente en busca de respuestas
-          No es nada, sabes lo dramática que soy, compréndeme mi amor
-          Te entiendo linda, pero no estés así , sabes lo mucho que te amo, jamás te voy a dejar por nada – Pero quien esta hablando de dejar al otro, acaso Michael siente lo mismo que yo, ese miedo confuso que me carcome el alma –
-          Bien my lady, te dejo, estoy muy cansado y no quiero provocar un accidente si me duermo en el camino
-          No digas eso, me asustas, vete mi amor, pero enseguida llegas me llamas
-          Como digas mi princesa – Dijo antes de abrazarme con todas sus fuerzas, para luego besarme como si el tiempo y el espacio no existieran, definitivamente era el mejor día de mi vida…
Vi desaparecer su automóvil entre las rejas de mi residencia, solté un sonoro suspiro y salte por toda la casa de camino a mi habitación, la pequeña Luna se despertó para recibirme, aunque con mis gritos y brincos, opto por ocultarse debajo de mi cama, yo la tome y gire con ella, era la mujer más feliz de toda la vía láctea, no la mas feliz de todo el universo, no del cosmos, no importa solo sabia que me ama, me ama tanto como yo, acomode cada una de las fotos de mi amado en todos los cuadros que encontré en mi camino, mientras los observaba embelesada por la fortuna que estaba viviendo…


Pero ese raro presentimiento interrumpió mi radiante felicidad, quien iba a pensar que ese seria el último momento que pasaba con el amor de mi vida…